(Imagen de mundurat.net)
Escribe Begoña Zalbidea en “Prensa de Bilbao durante el franquismo1” que “La Gaceta del Norte, El Correo Español-El Pueblo Vasco y Hierro fueron los diarios que durante casi cuarenta años guiaron la actualidad informativa en la capital vizcaina. El origen de cada uno de ellos… no fue obstáculo para que sirvieran de altavoz al Nuevo Estado y apoyaran su supervivencia... Dios y Patria fueron los pilares en los que se sustentaron. Nunca renunciaron a uno de sus principios fundacionales la defensa de la monarquía. En julio de 1937, a los 16 días de la entrada de las tropas de Franco en la Villa aparecen Hierro, el 5 de julio, El Correo Español el 6, reaparece El Pueblo Vasco también el 6 de julio de 1937 y La Gaceta del Norte el 11”.
Digamos de entrada que los carteles que El Correo Español ha colgado en la Gran Vía de Bilbao, con permiso del alcalde Azcuna, publican, de nuevo, un engaño. Si llega, El Correo Español cumplirá 100 años el 6 de julio de 2037. Quien en 2010 celebra su centenario es El Pueblo Vasco bilbaino de los Ybarra, que “se constituyó en 1910 con 1000 acciones de 500 pesetas cada una” 2 y cuyo primer director fue Juan de la Cruz Elizondo.
Es el 6 de julio de 1937 cuando nace en Bilbao El Correo Español como órgano de FET y JONS, como diario de Falange Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista. El gobierno de Franco decreta la reducción del número de periódicos editables en la zona no republicana, en Bizkaia serán matutino “El Correo Español” y vespertino “Hierro”. La Gaceta del Norte obtendrá permiso para seguir editándose por intercesión del Primado de Toledo, el tristemente famoso cardenal Gomá. El Pueblo Vasco y La Gaceta del Norte reaparecen en el 37 tras casi un año de silencio obligado, ya que fueron intervenidos en el momento de producirse el golpe militar en 1936 pos sus posturas contrarias a la República. Al no permitirle las autoridades que siga su andadura, El Pueblo Vasco de los Ybarra se fusiona con El Correo Español el 8 de abril de 1938, resultando el primer número con la cabecera “El Correo Español-El Pueblo Vasco” el 13 de abril de 1938, que se tira en las máquinas incautadas al rotativo Euzkadi y Santiago Nadal será su primer director.
Y será el Correo de Franco durante la dictadura, el amén a su gobierno. Su primera portada se la dedica por entero al discurso de Franco, “en el que se exige la unidad de todos los españoles en nombre de los muertos y de la Nueva España, y al decreto de unificación de Requeté y Falange Española”. Su primer director será Eusebio Zuluaga. Apoyará la represión, el recorte de libertades, las proclamas españolistas, levantará el brazo en apoyo de Hitler y loará a la División Azul de Agustín Muñoz Grandes en sus correrías, que sería condecorado por Hitler con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro. A partir del 13 de abril de 1938 se llamará “El Correo Español-El Pueblo Vasco”.
Decía El Pueblo Vasco en su último número: “Fusionarnos con El Correo Español es, sencillamente, poner nuestro esfuerzo al servicio inmediato de la Nueva España… En una España unida y en orden se necesita una prensa poderosa, pero no numerosa. Esta convicción ha llevado a fundirnos con El Correo Español”.
Sus primeras páginas y artículos de opinión son catecismo de dictadura, tres veces Franco y flechas de Falange, colaboración estrecha con una masacre. Pero claro, no cuelgan estos días en la Gran Vía de Bilbao las numerosas primeras páginas, sus firmas de guerra, su amplia colaboración con la represión y la muerte, ni su pluma y propaganda a favor del nacionalismo español tal vez por cobardía, por una historia sonrojante. Y al igual que Areilza en 1944, en el 2010 otro alcalde, Azcuna, oficiará su pase por la calle de Bilbao. Esconden sus vergüenzas y sus páginas de sangre presentando algún balance económico, alguna tragedia de pueblo, alguna copa del Athletic o algún fin de etapa de vuelta ciclista.
En su 73 aniversario de El Correo Español y en su cien aniversario de El Pueblo Vasco, “El Correo Español-El Pueblo Vasco” en su 72 aniversario nos presenta de nuevo el mismo fondo de antaño: como “un arma de destrucción masiva” contra el pueblo vasco3.
Y se presenta a los bilbainos como lo que no es ni en edad ni en contenido: como una mentira.
3 Dra. Begoña Zalbidea, “Prensa de Bilbao durante el franquismo”, Universidad del País Vasco. Bidebarrieta: Revista de humanidades y ciencias sociales de Bilbao, ISSN 1137-4888, Nº. 16, 2005 (Ejemplar dedicado a: Medios y empresas de comunicación), pags. 287-305
3 José Antonio Zarzalejos, “La destitución”, Península 2010, pag 41
Mikel Arizaleta