Las txosnas que mostraron fotos de presos de ETA no estarán en la próxima Aste Nagusia
(EL CORREO)
Nacido en Iruña en 1961 y, tal como se puede leer en Wikipedia, tercer hijo del conde de Ripalda, Amalio de Marichalar y Bruguera, fallecido en 1979, y de Concepción Sáenz de Tejada y Fernández de Bobadilla. Asimismo es nieto del vizconde de Eza, Luis Marichalar y Monreal, que apoyó notablemente al fundador de la Legión Española Millán Astray, siendo ministro de la Guerra con Alfonso XIII, además de ser alcalde de Madrid. Alvaro de Marichalar es hermano de Jaime de Marichalar, quien se casó con Elena, la hija mayor de Juan Carlos.
Pues bien, este señorito de noble bragueta se acercó días pasados a Lekeitio en moto de agua, con rubia incluida, y de modo chulesco, emulando a su rudo antepasado coruñés Millán Astray, reclamó que ondeara la bandera española en el asta del Ayuntamiento, amenazando que en pueblo conquistado debe flamear la bandera del cacique y no la de sus gentes. Sabido es que este valiente hidalgo español, a quien por esta vez ningún lekeitiano le empujó al agua, desde el 2007milita en el partido de la señora rojigualda Rosa Díez, Unión Progreso y Democracia, que encabezó la lista al Congreso por Soria en las elecciones del 2008, obteniendo 1.106 votos (1,97%). Se acercó a Lekeitio en plan de guerra, con himnos legionarios en su garganta.
La Canción del Legionario
Soy valiente y leal legionario
soy soldado de brava legión;
pesa en mi alma doliente calvario
que en el fuego busca redención.
Mi divisa no conoce el miedo,
mi destino tan solo es sufrir;
mi Bandera luchar con denuedo
hasta conseguir
vencer o morir.
Legionario, legionario
que te entregas a luchar
y al azar dejas tu suerte,
pues tu vida es un azar.
Legionario, legionario
de bravura sin igual,
si en la guerra hallas la muerte,
tendrás siempre por sudario,
Legionario,
la Bandera Nacional.
¡Legionarios a luchar,
legionarios a morir!
Somos héroes incógnitos todos,
nadie aspire a saber quién soy yo;
mil tragedias, de diversos modos,
que el correr de la vida formó.
Cada uno será lo que quiera,
nada importa su vida anterior,
pero juntos formamos Bandera,
que da a la Legión
el más alto honor.
Legionario, legionario
que te entregas a luchar
y al azar dejas tu suerte,
pues tu vida es un azar.
Legionario, legionario
de bravura sin igual,
si en la guerra hallas la muerte
tendrás siempre por sudario,
Legionario,
la Bandera Nacional.
¡Legionarios a luchar,
legionarios a morir!
El Novio de la Muerte
Nadie en el Tercio sabía
quién era aquel legionario
tan audaz y temerario
que en la Legión se alistó.
Nadie sabía su historia,
más la Legión suponía
que un gran dolor le mordía
como un lobo el corazón.
Más si alguno quién era le preguntaba,
con dolor y rudeza le contestaba:
Soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera,
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tan leal compañera.
Cuando más rudo era el fuego
y la pelea más fiera,
defendiendo su Bandera,
el legionario avanzó.
Y sin temer al empuje
del enemigo exaltado,
supo morir como un bravo
y la enseña rescató.
Y al regar con su sangre la tierra ardiente,
murmuró el legionario con voz doliente:
Soy un hombre a quien la suerte
hirió con zarpa de fiera,
soy un novio de la muerte
que va a unirse en lazo fuerte
con tal leal compañera.
Cuando al fin le recogieron,
entre su pecho encontraron
una carta y un retrato
de una divina mujer.
Y aquélla carta decía:
"...si algún día Dios te llama,
para mí un puesto reclama
que a buscarte pronto iré".
Y en el último beso que le enviaba,
su postrer despedida le consagraba.
Por ir a tu lado a verte,
mi más leal compañera,
me hice novio de la muerte,
la estreché con lazo fuerte
y su amor fue mi Bandera
Como todos ustedes recordarán, estos novios de la muerte están muy en contra del derecho al aborto de las mujeres y son acérrimos enemigos del puño en alto. ¡La sumisión es la divisa de estos catetos, enemigos de la vida de los demás!
Mikel Arizaleta, 17 827 048
“Ante la Ley hay un guardián. Un campesino se presenta frente a este guardián y solicita que le permita entrar en la Ley. Pero el guardián contesta que por ahora no puede dejarlo entrar. El hombre reflexiona y pregunta si más tarde lo dejarán entrar.
-Es posible- dice el portero-, pero no ahora
La puerta que da a la Ley está abierta, como de costumbre; pero el guardián se hace a un lado, el hombre se inclina para espiar. El guardián le ve, se ríe y le dice:
-Si tanto es tu deseo, haz la prueba de entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda que soy poderoso. Y sólo el último de los guardianes. Entre salón y salón también hay guardianes, cada uno más poderoso que el otro. Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo soportar su aspecto”.
Es parte de la famosa parábola de Franz Kafka “Ante la Ley”.
El que Amnistía Internacional recomiende, una vez más, al ministro de Justicia del gobierno de turno español (sea del PP o del PSOE) que ponga fin al uso de la detención en régimen de incomunicación, que garantice a los detenidos el disfrute de su derecho de consultar a un abogado y a un médico de su elección, que introduzca equipos de grabación de vídeo y audio en las comisarías de la policía…, en definitiva, cuando la hasta la pacata Amnistía Inyernacional viene exigiendo desde los años noventa del siglo pasado a gobierno, jueces, policías, ertzainas, médicos, funcionarios… que no sigan torturando, que dejen de ser torturadores…, estos responden año tras año, como siempre, silbando al viento y mofándose de la dignidad humana. La autoridad española es basura encorbatada
Pero, de seguido, hay que decir que Amnistía Internacional ve la tortura española desde fuera, desde la puerta. Desde dentro la tortura es gangrena. ¡Son tantos los que entre nosotros pueden contar las cicatrices causadas en su cuerpo por los fascistas/demócratas de ayer y hoy que producen asco hasta cuando escriben poesía! “¿Por qué no te callas?”, espeta el rey al venezolano al tiempo que sonríe en el balcón junto a su amo, que acaba de asesinar a cinco, o besa con unción y cobardía la mano ensangrentada del dictador Franco postrándose genuflexo. Es el rey. Los jueces entre nosotros son los guardianes de la parábola de Franz Kafka: mordeduras de libertad, amenaza de dignidad, colaboradores de la tortura. ¡Hasta Amnistía Internacional les exige un mínimo de dignidad y decencia a estos señores togados! La exigencia es vieja e inútil. Porque nadie da lo que no tiene. Por años que uno tenga entre nosotros resulta muy difícil ver a un juez, que alguna vez fue justo, más tratándose de jueces de la Audiencia Nacional. ¿Saben qué hicieron cuando se apellidaban TOP? Hablen con las víctimas de la guerra civil, con los familiares de los asesinados en los caminos, enterrados en las acequias y matorrales, con las familias de los desaparecidos. Oigan a los historiadores. Hablen con los ciudadanos urbanos y de la sierra, del Norte y del Sur, que hoy quieren desenterrar los huesos de los asesinados, esparcidos por los campos, que reclaman su presencia y su ayuda… y verán cuál es su postura, su pensamiento y su respuesta: silencio a martillazos. Una vez más silbido al viento y desprecio de dictadura, cuando no amenaza ante un testimonio oral de denuncia. Todavía hoy, en el 2009, Amnistía Internacional, echa en cara a Garzón y compañía de ser oprobio, de colaborar con la tortura, de dificultar la tarea de los abogados, de tapar las denuncias de malos tratos, de no interesarse por el maltrato, de desproteger a sabiendas la dignidad del detenido político vasco, de amparar al torturador… Escuchen las terroríficas denuncias de los detenidos políticos vascos, sus quejidos en las cloacas del estado español, sus descarnadas denuncias ante el juez de turno. Oigan cómo se les trata en las cárceles y cómo responden los jueces. Escuchen los relatos y denuncias de abogados y médicos con calidad humana. De colaboradores les tacha en el 2009 la pacata Amnistía Internacional. Sólo así se justifica la larga huella de la tortura en el estado español.
“Me detuvo la Guardia Civil en Hernani el 30 de marzo de 2001, viernes, y pasé cinco días en sus manos, relata Iratxe Sorzabal… En el coche íbamos cinco personas, 4 guardias civiles y yo. Yo iba detrás de dos de ellos. Pudo ver la cara de los dos que iban delante y del de mi izquierda. Nada más entrar en el coche el jefe me dijo “bueno, aquí se han acabado las mariconadas de derechos, jueces y mierdas, de aquí en adelante vas a saber lo qué es bueno. ¿Has oído hija de puta?” Y me golpeó en la cabeza. De aquí en adelante me pusieron el antifaz y se sucedieron los golpes en la cabeza, los insultos y las amenazas. Menos el conductor, los otros tres me golpeban fuertemente en la cabeza. El que estaba a mi derecha sacó un aparato que llevaba entre las piernas y comenzó a darme descargas en el costado derecho. Mientras, el que iba a la izquierda cogió una bolsa de plástico y me puso en la cabeza impidiéndome la respiración y casi hasta asfixiarme. Los golpes en la cabeza que me daba el que iba delante eran continuos. Y además, el que iba a mi derecha me sobaba el pecho. Todo ello, los electrodos, la bolsa, las sobadas y los golpes eran continuos entre gritos, insultos y amenazas. Perdí el conocimiento en dos ocasiones por lo menos, y me oriné encima. Antes de llegar a perder el conocimiento rompí en un par de ocasiones la bolsa con los dientes, y entonces me colocaban otra. Al final y al ver que rompía las bolsas, decidieron ponerme de tres en tres”. El relato prosigue, es largo, animalesco, bestial, de campo de concentración. Su lectura resulta dolorosa. Te hace gritar y maldecir. Comienza un viernes de marzo y termina un martes de abril: “relato al juez el trato del que he sido objeto”. (Tortura en Euskal Herria, informe 2001). Y aunque es brutal el relato, es uno de los muchos.
“Somos un país libre”, “aquí se puede hablar, se puede defender lo que se quiere”… proclaman estos políticos de maltrato y del crimen y algunos sumisos de prensa, radio y televisión. Basta asistir a cualquier fiesta en Euskadi, organizada por algún organismo o grupo con raigambre en el pueblo, y verán enfrente a los polis embozados, armados, enrabietados, dopados a veces. Más ring que fiesta, más imposición y estado de excepción que libertad, más Madrid que Euskal Herria. Lo que no controlan impiden, lo que no les gusta prohíben. Agentes al servicio de España, mano armada y sumisa de una vieja dictadura enquistada. Incapaces de reconocer que son dictadores, con campos de concentración en sus dominios. Sus relatos son farsa y fantasía malsana, que nada se parece a lo acontecido: ya hablen de Lekeitio, de detenciones o de lo ocurrido en una manifestación cualquiera. Mienten cuando hablan de economía, mienten cuando pintan la situación del paro, cuando califican de ayuda humanitaria lo que es guerra, matanza y saqueo de países, cuando califican de terrorista a quien les hecha en cara su tortura e inhumanidad.
Hoy, mientras leo el informe de Amnistía Internacional, fuera está lloviendo. Igual que por dentro.
Mikel Arizaleta, 17 827 048
El once de setiembre, es un día que a lo largo de la historia y del mundo tiene varias lamentables conmemoraciones político-militares. En 1714 la invasión de Barcelona por las tropas franco-castellanas de Felipe V aboliendo las instituciones catalanas de autogobierno e iniciando la represión en Catalunya de su lengua. En 1973, el golpe fascista en Chile del criminal militar Pinochet con el asesinato de un presidente demócrata Salvador Allende y la tortura y exterminio de 30.000 seres humanos. Detrás siempre un mismo tipo de fuerza: un fascismo totalitario expansionista y un silencio complaciente cuando no colaboración de la Iglesia Católica y el Vaticano.
Evento, según R.A. de la Lengua Española, del latín eventus. Acontecimiento. Eventualidad, hecho imprevisto, o que puede acaecer. Y, al fin ocurrió. Fue el 11-09-2001
Sobre lo acontecido aquella luminosa mañana en Euskal Herria, y en gran parte del mundo, hasta que seis horas más tarde amanecía en América, y en concreto en New York y otros lugares se ha dicho mucho y se ha pensado más, aunque algunos pensamientos no hayan trascendido hasta que, por coincidencia con los de otras personas de gran relevancia y prestigio intelectual, se han hecho públicos y empiezan a conocerse.
En la destrucción de los dos altísimos rascacielos del World Trade Center (411 metros de altura) un acto de naturaleza catastrófica y consecuencias dramáticas hay variados puntos de vista, antagónicos, según del lado que se mire qué evidentemente influye. Antes de proseguir, es preciso hacer una manifestación concisa. Se contempla lo sucedido desde unas impresiones exclusivamente de lo plástico, lo material y lo simbólico, es decir: de los aspectos físico-formales. Solamente al final aparecerá una equivaloración humana de la vida y la muerte.
Pocos días después de las implosiones el gran compositor contemporáneo alemán Karlheinz Stockhausen (1928-2007) calificó los atentados de "gran obra de arte" por lo que le anularon los conciertos a celebrar en el Festival de Música de Hamburgo. Una prueba de la libertad de expresión de un artista, con cuya frase coincidí totalmente, y de la reacción del poder esclavo de presiones diversas. El impacto y la fusión entre un objeto dinámico y otro estático produce una situación material compleja, en la que ambos cuerpos perdiendo su fisicidad, forma y solidez, crean una nueva entidad formal y eventual de llamas, humo, desintegración y desmoronamiento en millones de fragmentos. Por su volumetría, movilidad, coloratura, textura, pluriperceptibilidad e incluso multidifusión constituyen una composición que posee una lectura estética. Por todo ello, es admisible percibir y valorar que se configuró un impresionante paisaje efímero de gran belleza plástica.
Particularmente, encuentro una semejanza con el fantástico efecto de la ceremonia de inauguración en 1992 de los XXV JJ.OO. que tuve ocasión de contemplar en el Estadi de Montjüic. El arquero disparo con decisión, emoción y fe una flecha que durante los tres segundos que tardó en alcanzar el flamero mantuvo en eterna incertidumbre a una multitud que deseaba el impacto para producir la violenta ignición. Algo similar ocurre también con la erupción de un volcán, como acto de enorme hermosura a pesar de las desgracias que inmediata e irremediablemente producirá.
Desde la consideración de lo corpóreo de la materia resulta asombrosa la capacidad destructiva que puede concebir la mente humana. Se desmoronaron en 103 minutos lo que se edificó a lo largo de casi diez años. La gran velocidad de la desconstrucción que transformó la riqueza en ruina. El símbolo emergente en un vacío silente.
Lectura social
En las Terrazas de Verano organizadas por la Euskal Herriko Unibertsitatea, y dentro de los III Encuentros de Arte y Cultura, el 11 de julio de 2003 se celebró en Bilbao un debate con el título: "Ciudad, Edificio y Símbolo. Tras el desplome de las Torres gemelas de Nueva York". Uno de los ponentes, el eminente catedrático, arquitecto e intelectual catalán Oriol Bohigas había dicho públicamente (El Mundo 12-9-2001) con la libertad de expresión que siempre le ha caracterizado, lo que algunos asistentes habíamos pensado y deseábamos poder oír: "El 11 de setiembre es un acto revolucionario fundamental", pormenorizando que "es uno de los primeros grandes actos revolucionarios que ha hecho la humanidad contra los Estados Unidos" y abundaba en el convencimiento de que si la acción era un hecho criminal, sanguinario pero "acto fundamental, porque hay una parte de la humanidad que está en contra del poder neocapitalista y neoliberal de los Estados Unidos. Y en este sentido me parece un hecho fantástico, muy positivo" a la vez que suponía "el principio de una revolución que no tardará más de diez años en llegar" justo cuando "el Tercer Mundo sepa que puede vencer a quien le roba sus derechos".
Estas declaraciones, en su valor sustantivo probablemente, las suscriben una inmensa mayoría de la humanidad. Alguien tenía que manifestar de forma concisa a escala mundial una venganza contra Estados Unidos. Para gran parte de la humanidad ha sido insoportable el medio siglo de impunidad de la criminalidad norteamericana.
Lo acontecido es una muestra de que el género humano no es tan manipulable como muchos desean y se demuestra como desde ese día la inmensa mayoría de la personas en el mundo hablan del suceso o tragedia de New Yok y apenas se acuerdan de que en Washington también ocurrió algo, y no será solamente por la cuestión cuantitativa del número de victimas, sino cualitativa. En la capital de Estados Unidos fue hostigado el Pentágono, que toma el nombre por su forma en planta al estilo de los tradicionales baluartes, como el de Iruñea, y que curiosamente se empezó a construir 60 años antes, el 11 de setiembre de 1941. En este infernal recinto sede central del Departamento de Defensa se programa diaria, continuamente la estrategia y logística de la muerte en el mundo: el crimen colectivo, el asesinato selectivo, camuflado de todo tipo de aspectos desde pintorescas desapariciones o secuestros, a operaciones de limpieza y salvamento, sublevaciones, golpes de estado... Es, sin duda, el lugar más detestable de la tierra. Un centro donde la ciencia y la técnica se asocian con la perversidad de que es capaz la especie humana para exterminar. Un laboratorio del crimen, la universidad, en su sentido de universal, de la muerte, una fábrica de auténticos terroristas.
Unas frases muy repetidas en aquellos días fueron: "ya nada volverá a ser como antes" y "habrá un antes y un después". Pues bien, si tópicamente son presuntamente ocurrentes, semánticamente son falsas. Los EE.UU. e Israel, su sucursal criminal para el mundo oriental, siguen masacrando igual antes que después y lo seguirán haciendo por los siglos de los siglos, a menos que....
Dicha fecha quizá pueda definirse como el día que una parte de la humanidad, deseando que el mundo cambie, quiso cambiar. Por desgracia los únicos e irreparables cambios que se produjeron fueron para los familiares de los 2.992 fallecidos, en los edificios y los aviones. Los pueblos desesperados y con múltiples razones para defenderse son capaces de todo. Un pensamiento persigue un destino y un credo le da sustento espiritual: Alá hu akbar (Dios es el más grande). Cuando la fe toma forma de señal, como en este caso, todo se convierte en nada.
Vida y muerte
Y si aludimos a seres humanos, a vidas y muertes, a crímenes, son otras muchas y éticamente complejas las consideraciones a hacer. Es inmoral, injusta, intencionada e interesadamente interpretada la campaña mediática que manipula, olvidando y despreciando tantas décadas de genocidio y exterminio de tantos pueblos con el pánico y miedo creado en un preciso lugar en 17 minutos. Este acto, en sentido logístico es un equilibrio no ético, vengativo, difícil y trágico, entre el terror y el horror. El terror sufrido por gran parte del planeta por los continuos horrores y errores de los EE.UU. y el horror de la réplica.
En Euskal Herria, los vascos sufrimos uno de los primeros holocaustos, como los de Durango, Gernika y otras villas en 1937 por las tropas de los aliados fascistas de España, el mismo país que colonizándonos, ahora nos prohíbe la libertad de asociación y expresión. Hay que recordar que también en la historia hay otras horas y minutos fatídicos, de los que acordarse y apiadarse que las 8:46 y las 9:03 (hora local) en las que se estrellaron los dos primeros aviones contra los edificios. Es preciso no olvidar las 08:15 del 06-08-1945, en Hirosima donde los Estados Unidos de América del Norte lanzaron la primera bomba atómica falleciendo directamente 140.000 personas y como consecuencia de sus efectos hasta el presente 226.870 seres humanos; después Nagasaki y después y después... y ayer, y hoy, y mañana.....
Es admirable el trabajo del destacado compositor contemporáneo italiano Luigi Nono (1924-1990), comprometido en perpetuar el recuerdo a las personas y pueblos que han sufrido la opresión y la barbarie, creando bellísimas composiciones como: "Canti di vita e d`amore sul ponte di Hirosima", 1962; "Donde estas hermano?", 1982, dedicada a los "desaparecidos" por la dictadura militar en Argentina; "Ricorda cosa ti hanno fatto in Auschwitz", repudio y recuerdo a los crímenes de los nazis. También realizó en 1965 una obra alusiva al holocausto vasco titulada, "La victoire de Guernica".
Si se ha querido impresionar al mundo con unas imágenes y relatos muy expresivos a cuenta de sacrificio heroísmo y muerte, de policías americanos para lavar su conocida pésima reputación, y de los bomberos: habría que recordar, también, los bombardeos de bodas en Uruzgan, Afganistán, país donde ahora el ejército español se dedica a asesinar a los nativos.
La tierra es un lugar del cosmos en la que, después de poder vivir en diálogo y convivencia total un tiempo, se debería poder morir en paz para toda la eternidad. Si la alegría es irracional, la condena, una vez más, no sirve para nada, el diálogo para todo.
Iñaki Uriarte
Arquitecto