2011/04/27

La clase trabajadora de Euskal Herria ante el 1 de mayo de 2011



¿Hasta cuándo la injusticia de los poderosos será llamada democracia y la rebeldía de los oprimidos violencia? ¿Hasta cuándo prevalecerá la razón de la fuerza sobre la fuerza de la razón?

Euskal Herria, patria de los vascos, padece dos crisis esenciales, una de negación nacional, y otra de opresión capitalista. Dos caras de la misma moneda. No lograremos construir una república vasca socialista si no controlamos la economía y la ponemos al servicio de los más necesitados. Sufrimos otros conflictos derivados: represión y apartheid del independentismo, ultrajes a las/los presos políticos, paro, parcialidad de la judicatura, corrupción institucional, clientelismo, integrismo nacionalcatólico, manipulación de la historia, agresiones al medio natural, discriminación de la mujer... 

Los opresores españoles y franceses, y sus colaboradores autonómicos, presumen de  “demócratas”, -los peninsulares dicen serlo “de toda la vida”-. Sin embargo, protegidos por los respectivos estados, impiden que las/los trabajadores vascos participemos en el reparto de la riqueza creada con nuestro esfuerzo. Pagan salarios de miseria diciendo que es para mantener la competitividad. La verdad es que se afanan en acumular capital para conservar su confortable statu quo, (fortuna, poder, prestigio). A esa violencia la llaman “paz”, “democracia”, “justicia”. Cuando el régimen neoliberal quiebra, los serviles gobiernos acuden a su rescate con fondos públicos, copropiedad de los trabajadores; fondos que se niegan a éstos cuando los necesitan para sobrevivir. Los ricos siempre ganan, y aún más en las crisis, mientras la mayoría social se empobrece.    

“No podemos tolerar -dicen- que los trabajadores nos amenacen constantemente con la huelga si no atendemos sus demandas. Lo que quieren esos desdichados es ganar mucho y trabajar poco, y vivir por encima de sus posibilidades. Firman hipotecas en barbecho, y cuando no las pueden amortizar culpan a los prestamistas. Gracias a Dios que en las colas del paro hay miles de obreros disponibles, y sin pretensiones. La existencia de pobres es un designio divino. Pero esos que protestan, cegados por su avaricia, no lo quieren entender. No les es suficiente que, en un admirable gesto de generosidad, la Constitución les reconozca el derecho a un trabajo remunerado y a una vivienda digna y adecuada. ¡Quieren más! Si atendiésemos sus absurdas peticiones se iría todo al carajo... Ellos los primeros, pero inmediatamente después nosotros, los empresarios... Y entonces, ¡qué! ¡Adiós riqueza! ¡Adiós progreso! ¡Adiós civilización! ¡Adiós democracia!... Menos mal que vamos sorteando los obstáculos con valor, audacia y la ayuda de las FOP”.

Manipulan los medios de comunicación para que no percibamos esas injusticias. Nos inducen a consumir, como objetivo vital de nuestra existencia. “Consumo, luego existo”. Nos sugieren como ejemplos a imitar unos personajes mediáticos repulsivos. Por si esta intoxicación no fuera suficiente, nos inyectan fuertes dosis de religión y deporte para apartarnos de la movilización por nuestra liberación nacional y social.
 
Los “demócratas” españoles, franceses y “vascos”, en un alarde de suprema hipocresía, manejan a su antojo la “legalidad” para que los/las independentistas no podamos participar en las elecciones, que una vez más van a ser antidemocráticas, como también sus resultados. Otro brutal putxerazo. Nuevo síntoma de la debilidad argumental del Estado español ante las justas aspiraciones independentistas de Euskal Herria. 

El 1 de mayo, todos los vascos y vascas a la calle a reivindicar ¡independencia y socialismo!

Juan Mari Eskubi Arroyo

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