2009/06/11

Belen Greaves



La secretaria del Euzkadi Buru Batzar del PNV, tras acuerdo del 12 de mayo del Consejo de Diputados de la institución foral, va a ser además asesora del secretario general de la Presidencia o en su caso del propio diputado general José Luis Bilbao. Anteriormente entre otros numerosos cargos fue diputada de Cultura en la administración foral, que a juicio del arquitecto Iñaki Uriarte y otros en la política cultural de Bizkaia resultó ser borrón negro.

Yo le conocí como representante de personal en una comisión interinstitucional y de partidos, que, al igual que la representante del PSOE por entonces, Rosa Díez, solía llegar con el sobre de los documentos y del orden del día sin abrir, pero con la lección bien aprendida. Ambas muy parecidas en su aportación, que se reducía a una comunicación, a mi modo de ver un tanto prepotente en ambas, de una decisión de partido previamente tomada. Para ellas sobraba la comisión, la discusión o el intercambio de ideas. La decisión estaba ya tomada. Gentes sin densidad ni aportación social, que no debieran ser pagadas por el erario público.

Belén Greaves en la ejecutiva del PNV me recuerda a Gorka Agirre, sobrino del lehendakari José Antonio Agirre, personaje, al menos visto desde fuera, un tanto siniestro y omnipresente en la ejecutiva. Muy loado por el partido a su muerte, quizá con razón. Pero hay un hecho de él, que no me resisto a comentarlo.

Hans Josef Horchem fue uno de esos terroristas de Estado al servicio del estado de derecho, uno de los siete sabios que se acercaron a Euskal Herria para asesorar sobre terrorismo. Él había trabajado ya desde 1964 estrechamente con los servicios secretos de la dictadura de Franco, más tarde con el ministro falangista de Interior Martín Villa y, desde finales de 1979, con Arzallus y el PNV. En 1980 Arzallus le pide que organice la policía vasca y en 1981 que le organice el servicio secreto del partido, lo que enmascarado se conoce como “el Club”. Pues bien en Bonn Horchem dio a conocer el 19 de septiembre de 1990 que Gorka Agirre era el director del departamento del servicio secreto del PNV, de triste recuerdo.

Mikel Arizaleta

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