2010/02/22

Desgarro


Me he imaginado el desgarro que en nuestros políticos, alcaldes y mandatarios tiene que producir la práctica de la tortura. Trabajan como guías y no pueden, no quieren saber la sangrante tortura, que se practica en sus aposentos y en su vida. Lo saben; saben perfectamente, pero tienen que hacer como que no lo saben.

A veces pensé que vivían en la mentira. Hoy me he dado cuenta que la mentira es su instrumento, una especie de protección ante el desgarro que les produce saber que son verdugos. Les ocurre lo que a padres castos que no quieren saber que sus hijas toman la píldora, que no quieren saber que duermen con su novio cuando por teléfono les dicen que se quedan a dormir con una amiga...

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