Colaboró con Franco en el putsch y en la posguerra. Loó y vitoreó a Hitler y Mussolini. Y en el 2011 vierte estiércol para apagar su hedor. Es El Correo, el de Franco, el de el facherío, el de ahora.
10.08.2011 –
"La legalización de Bildu y su presencia al frente de numerosas instituciones vascas se convirtió ayer en motivo para una acerada crítica dirigida por Javier Arenas contra la trayectoria de Rubalcaba frente a ETA, acusándole de que «nunca ha estado al 100% por la derrota del terrorismo». El juicio resulta tan excesivo como inoportuno. El éxito electoral cosechado por la coalición auspiciada por la izquierda abertzale el 22 de mayo sorprendió desagradablemente, de igual modo que disgusta ver cómo sus electos tratan de fomentar el olvido cómplice hacia un pasado tenebroso y hacia la persistencia fáctica de la amenaza etarra. Pero sería del todo erróneo considerar -como lo hace Arenas- que ETA haya logrado así «mucho más de lo que siempre soñó». Significados representantes de Bildu están dando muestras de una lacerante podredumbre moral, cuando vaticinan la desaparición de la banda terrorista a cambio de su exculpación histórica. Por eso mismo sería deplorable que los dos principales partidos brindasen en estos momentos la baza de una controversia descarnada a una izquierda abertzale ávida de protagonismo".
Lo dice El Correo en su editorial, El Correo de Franco. Y tiene la osadía, más bien la desvergüenza, de acusar a otros de “fomentar el olvido cómplice”. Colaboró con él en el putsch y en la posguerra. Loó y vitoreó a Hitler y Mussolini. Y en el 2011 vierte estiércol para apagar su hedor. Es El Correo, el de Franco, el de el facherío, el de ahora.
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