El diccionario define como terrorista a quien utiliza el uso de la violencia y la intimidación para conseguir objetivos políticos. ¿Entonces qué gobierno de la historia, qué grupo armado no es terrorista, incluidas la mafia o la policía? Muy pocos o ninguno.
“Varias fisuras en las costillas y el cartílago desplazado es el parte médico del ondarroarra Asier Badiola tras pasar cinco días incomunicado a manos de la Ertzaintza. Ocho días después de ser arrestado, ayer al fin pudo relatar el trato sufrido a sus abogados. Además de denunciar haber sido golpeado y objeto de presiones sicológicas y posturas forzadas -un trato que se repite con el resto de detenidos- Badiola cree que pudo haber sido drogado por los agentes”
El gobierno, los jueces de la Audiencia Nacional, el alcalde, algunos periodistas y ciertos medios… aceptan que hay una violencia e intimidación que son legales (la ejercida por la policía, o por nuestros ejércitos y los de nuestros aliados), y una violencia que no lo es. De lo que resulta que terrorismo es la violencia política hecha contra los detentores del monopolio de la violencia legítima, por usar la expresión de Max Weber. Por lo tanto, el ejército estadounidense en Afganistán, el ejército de Israel en Palestina o las fuerzas del orden establecido español no se perciben como grupos terroristas, porque forman parte de la violencia legal. Sí que son terroristas, en cambio, los talibanes, Hamás o ETA. Tomemos el caso de ETA. Se trata de un grupo armado que utiliza la violencia para conseguir un objetivo político (Txuss Martin).
Es la etiqueta que se establece desde el sistema de ideología del Estado y se repite una y otra vez en los medios de comunicación corporativos (El Correo, El País…, TVE, EITB).
Pero a la vista está que son terroristas.
Mikel Arizaleta
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