Lamentable la muerte de un preso cubano declarado en huelga de hambre en exigencia de que se le dotara de teléfono y cocina en su celda, y que pone de manifiesto las carencias de Cuba no sólo en políticas penitenciarias sino, también, en materia de derechos humanos.
A diferencia de otras democracias americanas en las que son comunes y constantes los motines, las matanzas en luchas internas, los suicidios de presos, las muertes de detenidos por desatención médica, por desnutrición, por tortura, en Cuba hay que remontarse más de 50 años para encontrar un antecedente al del Orlando Herrera.
Y el subdesarrollo que denota Cuba en materia penitenciaria, igualmente delata su infeliz atraso con respecto a los derechos humanos...
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