El pasado sábado 20 de junio, casi en el inicio del verano, como un homenaje al paisaje y al patrimonio, Abiñako Auzokideen Elkartea de Sukarrieta organizó una visita a Urdaibai y a la Colonia Infantil de la BBK en dicho municipio, que asimismo se hizo extensiva a los arquitectos de la delegación en Bizkaia del Colegio de Arquitectos para su conocimiento e implicación.
Los asistentes, un grupo heterogéneo de unas cincuenta personas, entre ellas algunas familias con criaturas hizo más interesante esta simbiosis social y permitió apreciar las distintas reacciones personales ante un escenario pleno de referencias atractivas y los diversos grados de percepción por edad, formación y procedencia que de alguna forma representaban, a pequeña escala, el complejo y variado compromiso de la sociedad vasca ante la naturaleza.
El acto tuvo dos partes. Se inició con un bellísimo recorrido previo por la ría de Gernika-Mundaka en una embarcación adecuada a las características del estuario, con embarque y final en la playa de Abiña que el escritor e historiador Edorta Jiménez narró con detallada y sensible descripción medio ambiental de la flora, fauna y la transformación del lugar. Pudimos apreciar desde el centro del cauce tanto la problemática presencia de Astilleros de Murueta, por sus botaduras, como la isla de Txatxarramendi, con todas sus lecturas urbanísticas, arquitectónicas, evolución e involución, paisajísticas.
No pasó desapercibida, visual ni narrativamente, la desproporcionada e ilegal construcción de la finca del ex lehendakari José Antonio Ardanza implicada con resoluciones judiciales condenatorias que no sólo ha creado un negativo impacto en el paisaje sino que incluso se burla con la estrategia del recurso ante el Tribunal Supremo para demorar la ejecución de la sentencia unos años: un delincuente ecológico. Es el prototipo de político del PNV que ensucia al partido. La mayor vergüenza para este país es que a un individuo así en Galdakao además le dediquen nada menos que un parque, un homenaje a la vanidad.
También pudimos apreciar a distancia la deformación de Madariaga Dorrea del siglo XV ampliada posteriomente en el XVII, en Busturia. Allí ha quedado como testimonio de una de las agresiones más graves al patrimonio cultural de nuestro país aprobada por la anterior desdichada diputada de Cultura Belén Greaves. Para mayor desgracia es en la actualidad un centro de interpretación medio ambiental de Urdaibai, Euskadiko Biodibertsitatearen Zentroa, en realidad la demostración real de la Bizkai-Barbaridad.
La segunda parte consistía en poder recorrer el ámbito de la Colonia para conocer y valorar además de la extraordinaria calidad de su arquitectura construida en tres fases, entre 1925 y 1935 según proyecto del gran arquitecto vasco Ricardo de Bastida, la cualidad de su espacios exteriores tanto los naturales y educativos como los de ocio.
Al llegar a la entrada de la finca nos fue denegado el paso. Pero eso no fue lo más grave. Próxima a la misma, al otro lado del puente sobre el ferrocarril, un coche patrulla y un furgón de la Ertzaintza con una docena de agentes antidisturbios que vigilaban el lugar, además de otro dos junto a la playa. Evidentemente, por testimonios de los lugareños es inaudita esta larga estancia de policías playero dominicales, en un lugar con demasiadas infracciones a las condiciones de uso establecidas por el Patronato de la Reserva. El guarda jurado, que tenía instrucciones de no dejarnos pasar, dijo que estaban desde las ocho de la mañana. Las interpretaciones son varias: quizá se trataba de un dispositivo policial para aprehender algún alijo próximo a desembarcar, tal vez la llegada de alguna patera errática o quizá detectar algún barco-bomba.
La inocente pregunta de un niño a un ertzaiña ¿que hacen aquí? Fue aclaratoria: “para que la gente se porte bien”, con lo cual se desvaneció la presunta catalogación de qué “éramos gente del entorno terrorista”, qué por cierto sí éramos del entorno, del medio ambiente, el paisaje, el patrimonio y la cultura de Euskal Herria. Y así acabó la mañana con un hamaiketako de confraternización, una bella jornada que pudo ser mucho mejor.
Hay que destacar las despectivas miradas de los policías cobijados a la sombra del arbolado. Inmediatamente algunos evocamos con entrañable cariño la valiente actitud ética e integridad moral frente a estas situaciones de un buen hombre vasco Luis Beroiz, recientemente fallecido. Existe también la violencia visual, que junto con el habitual insulto, las falsas acusaciones, las diversas vejaciones, amenazas y coacciones, disparos y mutilaciones, e incluso muertes ocasionadas constituirían la parte sustantiva de un flamero a las víctimas por la Ertzaintza para perpetuar materialmente un recuerdo que existe en la memoria popular; del mismo modo que en su cuartel de Arkaute han reconectado un pebetero a sus fallecidos exclusivamente en acciones de lucha armada, pero no en actos de servicio como por accidentes de tráfico, trabajo o suicidios.
Los máximos responsables de BBK deberán aclarar las extrañas circunstancias de este oscuro y triste episodio, quizá el más grave ocurrido en los 84 años de la historia de la Colonia. Y muy especialmente quién y porqué aviso a la policía.
La BBK está muy interesada en vender a la Diputación este amplio espacio de 78.000 m2 de total validez actual en su función pedagógico ambiental, para poder resarcirse del enorme fracaso y gigantesca pérdida de dinero por la ruinosa compra de acciones de la promotora inmobiliaria Neinor. Otro escándalo y uno de los motivos para que Kutxa recelase de la fusión de las cajas.
Trata de solucionar con dinero público una torpe maniobra especulativa, disimulando con el (des)propósito de construir en este histórico lugar otro Guantánamo museístico-turístico, rural bajo la servidumbre de la Guggenheim Foundation. El patético, por sospechoso saludo, el pasado 11 de mayo entre el Diputado General José Luis Bilbao y el director, artístico? económico? del Guggenheim Juan Ignacio Vidarte anunciando la financiación del pretendido museo debería hacer reflexionar a la sociedad. La trayectoria reciente de ambos está profundamente afectada por sus respectivos escándalos financieros: las extrañas ayudas a Hadibite del grupo Afer para el proyecto fantasma de viviendas prefabricadas, y la pésima gestión, malversación de fondos, con las compras de dólares para el museo. Una maniobra política económica carente de la más elemental dignidad. Estos personajes en una democracia europea honestamente gobernada hubiesen dimitido antes de ser cesados. Aquí es incomprensible la falta de presión social para conseguir echarlos.
Y finalmente, ¿no es posible en Euskal Herria construír por un arquitecto vasco un museo nacional de arte contemporáneo vasco sin dependencias de nadie ajeno? ¿Y si somos, vascos, patriotas como estos personajes se proclaman, con un concepto de país, no podría quizá estar un museo así en la bahía de Pasaia, incluso por su posición más céntrica junto a Iparralde y Nafarroa, basado en un criterio artístico que tomara de referencia de partida el grupo Gaur creado en 1966 con artistas de enorme relevancia como Arias, Basterretxea, Chillida, Mendiburu, Oteiza, Ruiz Balerdi, Sistiaga y Zumeta.
Como está inscrito en la fachada del Ayuntamiento de Bergara. “O que mucho lo de allá, o que poco lo de acá.”
Iñaki Uriarte
Bilbon, 2009.06.21
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