Y en su respuesta el señor Azkuna con un lenguaje guerrero se reivindica moderado. Desconocíamos en él: “El señor Erkizia me sugiere moderación, a mi que he sabido moderarme durante toda mi vida. Todavía hace poco una sugerencia de este tipo conllevaba un escalofrío ante lo que pudiera ocurrir, viniendo la recomendación de personas afines al señor Erkizia” o “… lo que más me ha inquietado es que al gran líder sindical le parezca normal esta actitud, y haya llegado a decir que más ruido se generó en Bilbao con las World Series en 2005. Afortunadamente ese día los pilotos de los coches no insultaron al público ni vejaron a los transeúntes”. Los pilotos no, pero sí el alcalde y mucho.
Hay frases que definen. “La calle es mía”, Fraga en marzo de 1976. Ese “Fin de la polémica” con el que finaliza su artículo o aquel “punto pelota” con el que despachaba no hace mucho su discurso indican que el alcalde Azkuna posee la moderación del prepotente con cierto regusto chulesco.
Sr. Azkuna, no viene mal descubrirse en la hoja amarronada, caduca, arrastrada por el viento del invierno por veredas y caminos. Y tampoco el no sentirse ombligo de la ciudad junto al arroyo límpido del Pagasarri al que le robas un trago en días de sol; sus años y su ITV amenazante indican que no debe sentirse en el destino vital tan lejos de ese limaco mañanero y lento que se cruza en el camino.
(Mikel Arizaleta)
No hay comentarios:
Publicar un comentario